La mala suerte (y la fecha tan unida a las vacaciones de Navidad que hacen volverse a uno algo más "abandonaillo") hizo que mi contracturado gemelo izquierdo no me dejara llegar como yo hubiera querido y haber corrido con más soltura, pero no me quejo en absoluto. He disfrutado como sabía que lo haría, y no solo el propio día de la carrera, sino todas las veces que he subido a Cerro Gordo antes, o me he adentrado en los bosques y sus veredas, tanto solo o acompañado recientemente de mis amigos Pepe, Montse y Luigi Slurp entre otros.
El día amaneció con cielos cubiertos y amenazantes, aunque la previsión solo daba un 30% de probabilidades de lluvia. Un ligero chispeo en la zona de salida media hora antes fue el único agua que calló del cielo el domingo. El fuerte viento, que fue aumentando a lo largo de la mañana, se llevó las nubes dejando un día espectacular para estar en la montaña y para correr.
Fue una alegría compartir la carrera con todos los cualquieras y con mi querido Slurp!!! Además de saber que mi amiga de la infancia, Susana, también correría!
Sobre la carrera solo decir que hizo honor a su perfil. Sus 1.882 metros de desnivel acumulado (943+ y 939-) en 16.5 kms no daban más opción que la de sufrir un poco. Los pinares, estrechas veredas y las vistas sobre el mar hicieron mucho más distendido el recorrido. Antes de llegar a Cerro Gordo me noté algo flojo y noté bache, pero un avituallamiento con sólido y, sobre todo ver a mi amigo Pepe Álvarez, que me estaba esperando para animarme, me hicieron recuperar el aliento y tirar para arriba con más fuerza! Que arte Pepe!!
Concluyendo, una carrera que merece mucho la pena y que mejorará en futuras ediciones si consigue consolidarse. De cualquier manera, os invito a venir a Motril a saborear de primera mano estos senderos mágicos y sus empinados cortafuegos cuando queráis.
Como no podía ser de otra forma, hubo tercer tiempo con la tribu Q. Esa familia enorme que no deja de crecer y que tan buen rollo lleva allí donde confluyan kilómetros y ganas de diversión!!!
Yo corrí con mis NB Mt 110, con un roto en su empeine, y cada vez se ven más zapatillas minimalistas. El barefoot running es una marea que avanza con inercia y sin vuelta atrás.
Nos vemos en Montilla en Febrero!!!!