Pues esa es la pregunta....
He estado disfrutando como un enano de todas mis salidas "horizontales" corriendo. Algunas cortas y otras más largas, pero desde que la semana pasada empezara a subir cerros como la siguiente fase de mi entrenamiento para el Trail Huetor 2012, estoy experimentando una satisfacción que no encontraba antes. Por un lado no hay tiempo para el calentamiento. Es decir, desde que salgo por la puerta de casa todo es cuesta arriba. Esta sensación de necesitar encontrar el ritmo en la respiración en seguida, de poner al cuerpo en jaque a la primera y de esfuerzo continuado es una maravilla.
Para esta tarde por ejemplo ya tengo mis dudas. Ayer fueron 460 metros de desnivel positivo en poco más de una hora, y tenía pensado para hoy trotar 5 o 6 kms en llano, seguidos de ejercicios de acondicionamiento con pesas. Ésta salida de una media hora supondría un descanso activo para las piernas y articulaciones, pero,...., quiero correr y quiero subir pendientes. Sentirme desfondado hasta el punto de necesitar caminar con las manos sobre las rodillas para recuperar algo de vida y volver a iniciar el trote otra vez. Además, me encuentro bien de piernas y no me duele nada. ¿ No deberían ser razones para lanzarse a la aventura, correr por instinto y relegar el descanso para cuando el cuerpo lo pida?
© Dominic Grossman
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